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martes, 26 de junio de 2012

Debemos tener un Aeropuerto de Primera Clase

Roberto Kriete, Presidente de la Junta Directiva de Avianca Taca, tiene razón en decir que El Salvador debe ampliar el Aeropuerto Internacional de Comalapa para ser una referencia en el mercado aéreo regional. Kriete menciona que si El Salvador no lo hace, Avianca Taca construirá su propia terminal. El Gobierno le debe tomar la palabra a Roberto Kriete. Ya sea que la empresa privada decida invertir millones de dólares para construir una nueva terminal aérea, o el Gobierno tome la iniciativa de hacerlo, es necesario que la clase política pacte con la empresa privada el futuro del Aeropuerto Internacional de Comalapa. El Aeropuerto de Comalapa se ha quedado pequeño. CEPA está invirtiendo millones de dólares para mejorarlo, pero esta inversión, aunque necesaria, no es suficiente. El Salvador debe apostar para ampliar las pistas de aterrizajes, crear una nueva terminal exclusivamente para atender el tráfico aéreo extra regional, y persuadir a más aerolíneas internacionales, especialmente Asiáticas y Europeas, que utilicen el Aeropuerto de Comalapa como punto de entrada en Centro América. Sin un aeropuerto que sea un referente regional, El Salvador no podrá competir. Una de las razones principales que las empresas deciden establecer sus sedes corporativas en una ciudad o país, es la existencia de un eficiente sistema aeroportuario. La ciudad de Atlanta, Georgia, por ejemplo, es más atractiva que Milwaukee, Wisconsin, por el simple hecho de tener uno de los principales aeropuertos de Estados Unidos. CNN, Coca Cola, y inclusive, organismos federales, como el Centers for Disease Control & Prevention, han escogido Atlanta como su sede principal. En Estados Unidos, así como en otros países, las ciudades utilizan los aeropuertos modernos como escaparate para atraer más inversión. En España, por ejemplo, Barcelona ha construido una nueva terminal aérea para poder competir con Madrid, la cual tiene el principal aeropuerto del país. Barcelona trabaja sin descansar para promover su nueva terminal aérea, y así reemplazar a Madrid como punto de entrada a España. La clase política catalana sabe que la única manera que Barcelona podrá desplazar a Madrid como referente aéreo es atrayendo más aerolíneas internacionales. Si existen más vuelos directos entre Barcelona y Los Ángeles, por ejemplo, Barcelona se volverá más atractiva para empresas Californianas que quieren abrir una sede en España. En el actual mundo empresarial, las empresas buscan seguridad jurídica, mano de obra calificada, competente, fiable y responsable. Igual de importante, buscan también no perder tiempo. El tiempo es oro. Es por eso que ciudades que no ofrecen un aeropuerto eficiente, son menos exitosas en atraer inversión. Singapur, por ejemplo, tiene uno de los aeropuertos más moderno del mundo. Singapur es un país/ciudad. Es un país pequeño. Pero Singapur es el puente de entrada en Asía. Singapur también es una potencia económica mundial. Difícilmente Singapur hubiese podido avanzar y ocupar su posición económica mundial sin un aeropuerto de primera clase. Por otro lado, cerca de Singapur, está Manila, Filipinas. Para llegar a Manila desde Europa, es necesario pasar por Singapur o cualquier otra ciudad asiática importante. Manila es una de las ciudades más pobres de Asia. No es fácil convencer a aerolíneas como Air France, Singapur Airlines, etc., que utilicen a El Salvador como punto de entrada a las Américas, con conexiones a Norte y Sur América, si El Salvador no apuesta decisivamente para hacer del Aeropuerto Comalapa un referente regional. Roberto Kriete tiene razón: El Salvador no puede esperar más. Tener un aeropuerto moderno, eficiente y atractivo, que pueda duplicar el tráfico de pasajeros en el más corto periodo de tiempo, debe ser una prioridad estratégica. Esto requiere que la clase política esté a la altura de las circunstancias. Si la empresa privada decide tomar la iniciativa, se deben acordar las reglas del juego, con las cuales podamos vivir por los siguientes 100 años. No podemos pedir que la empresa privada invierta millones de dólares, y luego decir que las reglas cambian. Es por eso que debemos ponernos de acuerdos todos, sociedad civil, política y empresarial, para definir el mecanismo que un Kriete o cualquier otro inversionista, nacional o extranjero, venga a El Salvador a construirse una terminal aérea. El Salvador debe gestionar la inversión con una óptica futurista. Cuando dejamos que Panamá sea el punto de entrada en Centro América, la imagen del país se vuelve poca atractiva. Cuando es imposible ponernos de acuerdo sobre el futuro del principal bien estratégico del país, también nuestra imagen internacional se deteriora, siendo más difícil para convencer a empresas que se establezcan en el país. Hacer del Aeropuerto Comalapa una referencia regional no debe ser archivado en planos maestros. Debemos tomar acción. No debemos dejar que Panamá ni cualquier otro país siga siendo el principal punto de entrada a Centro América. Cuando nos aislamos con un aeropuerto mediocre, le decimos al mundo que también nosotros somos mediocres. Debemos pensar en grande. Debemos tomar iniciativas grandes. Debemos tener un aeropuerto grande, que nos permita competir y sobrepasarle a cualquier país en la región. © 2012 Manuel García