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domingo, 1 de junio de 2008

Un Alcalde Caprichoso

Recientemente estuve en San Miguel. Ahí el nombre de Will Salgado, Alcalde de la ciudad, está por todas partes: En los camiones de basura, en paredes y postes, en vallas publicitarias. Will Salgado ha logrado pintar su nombre por todo San Miguel. Pareciera ser que viviese en Turkmenistán, un país dónde los tiranos gobernantes han logrado renombrar los meses del año con los nombres de sus familiares.

Alguien dirá que el pueblo migueleño tiene una devoción casi total con Will Salgado ya que ha sido electo Alcalde consecutivamente representando, en distintas ocasiones, a diferentes partidos: PDC, ARENA, PCN. Hoy ha vuelto con el partido que le dio la oportunidad de postularse como Alcalde de San Miguel por vez primera, el PDC.

Muchos dicen que el nombre Will Salgado es una marca, así como la Coca Cola, que se podría vender por sí solo sin la ayuda de ningún partido. Es cierto que Will Salgado tiene arrastre en San Miguel ya que la gente le vota.

Will Salgado quiere ser Presidente de El Salvador, pero él sabe que no está fácil. No está fácil porque para ganar la Presidencia de El Salvador habrá que jugar en el Estadio Cuscatlán, y a la final parece ser que solo llegarán el FMLN y ARENA, los dos partidos capaces de movilizar a sus gente a nivel nacional. Will Salgado siempre ha dicho que él es un Mágico González de la política salvadoreña. Pero no ha tenido el apoyo de los dueños de los clubes políticos. Por ejemplo, los señores dueños del PCN, encabezado por Ciro Cruz Zepeda, le dijeron a Will Salgado que estorbaba, que hablaba mucho, y que era un macho sin dueño. Así que Will Salgado regresó con el PDC, partido político que añora con volver a ser campeón en la liga A.

Will Salgado no está listo para jugar en el Estadio Cuscatlán. Para jugar en el Estadio Cuscatlán habrá que ser un Mágico González, una persona humilde, que pone el fútbol primero ante los intereses personales.

Will Salgado está pidiendo (apoyado por el PDC) que se enmiende la Constitución de El Salvador para que él se pueda postular a dos puestos a la misma vez: a la Presidencia de El Salvador y como Alcalde de San Miguel. ARENA, acompañado por el FMLN, ha maniobrado para separar las elecciones municipales y presidenciales con el objetivo de sacarse de en medio a personas como Will Salgado.

A Will Salgado le ha sentado bien ser Alcalde de San Miguel, y al parecer, no quiere abandonar el puesto. Dedicarse a pintar la ciudad con su nombre, repetir una y otra vez que existe una conspiración en su contra para prohibirle ser candidato a la Presidencia de El Salvador, es lo más fácil para tapar sus grandes carencias políticas. Si cree que podría tener el apoyo del pueblo salvadoreño, entonces, ¿Por qué no deja el puesto de Alcalde y dedica todo su tiempo y energía a construir la organización que le podría llevar a la Presidencia de El Salvador?

En el fondo, Will Salgado no ha pensado que algún día tendrá que dejar el puesto de Alcalde de San Miguel. En realidad, esto es la gran flaqueza de la clase política salvadoreña: al pasar el tiempo viviendo de la política, se vuelven unos pequeños caciques caprichosos. En efecto, Will Salgado no es el único político salvadoreño que se aferra al poder. No es fácil encontrar trabajo fuera de la Asamblea Legislativa o de la Alcaldía.

San Miguel es una de las ciudades con más potencial en El Salvador. Sin embargo, la falta de un liderazgo político con visión ha hecho que la ciudad siga sufriendo una alta tasa de desempleo, un sistema de transporte desordenado, plazas y mercados que no ofrecen garantías de calidad para los usuarios, jóvenes que abandonan los estudios porque no tienen perspectivas de futuro, etc. Ciertamente, este es el problema de cualquier ciudad en El Salvador. Pero hablando de San Miguel, Will Salgado ha tenido bastante tiempo para demostrar que, aparte de hablar, sabe actuar para resolver los grandes problemas que afrontan los migueleños.

Todos los salvadoreños añoramos una selección de fútbol como la del Mágico González. La selección del Mágico nos hizo sentir orgulloso, no todas las veces, pero muchas veces. Talvez sea que al Estadio Cuscatlán solamente aspiran jugar jugadores caprichosos, que creen que con pintar sus nombres, decir algunas cuantas cosas, se pueden ganar la confianza del pueblo salvadoreño.

© 2008 Manuel García

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