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jueves, 10 de septiembre de 2009

¡Los Salvadoreños No Tenemos Tiempo!

Durante la Administración Saca, se hizo mucho ruido con la campaña de Mano Dura contra la delincuencia. Si el dinero que se invirtió en publicidad se hubiese invertido en mejorar la inteligencia policial, detectar y sancionar a funcionarios corruptos, invertir para que el sistema judicial sea más eficiente y transparente, entre otras medidas urgentes, los salvadoreños honestos, trabajadores y decentes, estaríamos viviendo mejor.

Pero la triste realidad es que El Salvador está en guerra, y hasta hoy, el problema de las pandillas se ha visto como que fuese un problema que puede ser resuelto con publicidad, o a medias tintas, es decir, nadie quiere aceptar responsabilidad. El Presidente Mauricio Funes pide tiempo para resolver el problema de la delincuencia. Señor Presidente, ¡los salvadoreños no tenemos tiempo!

12 personas mueren asesinadas cada día en El Salvador. Miles de familias están siendo extorsionadas por pandilleros criminales que cobran impuestos. Muchas personas humildes están recurriendo a préstamos para pagar impuestos a pandilleros. Los pandilleros violan a mujeres, torturan a jóvenes, mutilan los cuerpos de sus victimas, y hacen otras salvajadas que no tienen nombre, y en El Salvador los políticos se gastan grandes sumas de dinero en publicidad, y otros piden más tiempo para resolver el problema de la delincuencia.

El mundo tiene una imagen terrible sobre El Salvador. Mucha gente cree que todavía la guerra civil no ha terminado. Y en cierta medida, está imagen distorsionada es producto de la violencia que vivimos. El inversionista no quiere poner su dinero en El Salvador porque el país no tiene ni las más mínimas condiciones de seguridad. El turista no viene a El Salvador porque venir aquí es como ir a Afganistán. Esta es la triste realidad. El gran desafío que tenemos los salvadoreños es ponerle fin a la violencia.

El cineasta Franco-Español Christian Poveda sabía bien que El Salvador es un país violento. Su documental, “La Vida Loca”, demuestra la realidad de las pandillas. En cierta medida, el documental nos dice que hay jóvenes que pueden ser rescatados y rehabilitados, y pueden ser integrados en la sociedad. El documental de Christian Poveda nos enseña también que el mundo de la pandilla es un mundo criminal, que opera como un ejército, que no tiene valores ni principios. Además, Christian Poveda, a través de su documental, nos dijo que la violencia que generan las pandillas no tiene una fácil solución.

La Administración Funes ya cumplió sus primeros 100 días. No se le puede pedir al nuevo Gobierno que resuelva la violencia de la noche a la mañana. Sin embargo, se le puede pedir que ponga un reloj en la mesa, y que cada día, ponga las fotografías de las victimas en su mesa, y que sume el número de victimas, y luego se pregunte qué hubiese hecho para evitar que esas personas hayan muerto en manos de criminales que tienen aterrorizadas a comunidades enteras.

Christian Poveda fue asesinado en El Salvador por cobardes pandilleros, y si esto hubiese ocurrido en Estados Unidos, el fiscal estuviese pidiendo la pena de muerte. Mucha gente pide que se aplique la pena de muerte en El Salvador. Yo pido que se aplique la ley, y que las condenas sean severas, incluyendo cárcel por vida a cualquiera que haya matado una persona. Si hay que gastar dinero, deberíamos gastarlo para enviar a la cárcel a los pandilleros que cobran impuestos, trafican con drogas y armas, violan a mujeres, y asesinan a gente inocente.

Pido que si la violencia no baja sustancialmente en los próximos meses, que haya responsabilidades políticas. Es cierto que el problema de la delincuencia es un problema heredado, pero el FMLN ha tenido oportunidad de aportar soluciones como partido político desde el fin de la guerra civil. Hoy son Gobierno. Deberían recordar que el reloj está marcando la hora. Es hora de solucionar los problemas sin demagogia o excusas. El pueblo salvadoreño les ha dado una oportunidad. No deberían esperar hasta que la gente haga justicia con sus propias manos.

© 2009 Manuel García

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es la triste verdad... pero si realmente queremos para la criminalidad tenemos que trabajr juntos empresa-gobierno y poblacion