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sábado, 11 de octubre de 2008

Vivir en una República Bananera; Persuadir para Construir un País Moderno

La Canciller Marisol Argueta de Barrillas da la impresión que representa a una República Bananera cuando dice que “Estados Unidos necesita poner más atención en lo que está pasando en El Salvador y a las resultantes consecuencias geopolíticas y nacionales… Perder El Salvador será una pérdida para la seguridad y los intereses nacionales tanto de El Salvador como de Estados Unidos”. El discurso, pronunciado recientemente en Washington, es el mismo que viene pronunciado ARENA: Los rojos del FMLN hundirán al país en la miseria.

Persuadir a través del miedo podría tener buenos resultados. Si la gente ya tiene el agua en las narices, mencionarles que la tormenta será un diluvio es muy persuasivo.

Para ganar las elecciones, es necesario persuadir a un gran número de electores indecisos, aquellos que todavía no están convencidos de las propuestas políticas de los dos partidos principales de El Salvador. Estos electores neutrales podrían ser movilizados a través del miedo.

En El Salvador, como en cualquier país, los políticos buscan convencer a través del miedo. Es una táctica que da votos, pero no genera confianza duradera hacia la clase política. Si no se tiene credibilidad, no se puede convencer a las personas que elijan libremente a sus representantes. Es necesario que se haga hincapié en la palabra libremente, porque la gente necesita tener el derecho de votar con libertad, sin intimidación ni engaños.

La clase política pierde credibilidad cuando no es sincera, creíble o no genera confianza. Siendo ser que la credibilidad es uno de los valores más preciado en la vida, los políticos salvadoreños deberían trabajar para ser más creíbles. Una manera de crear credibilidad es siendo consistente, decir la verdad, y evaluar los meritos de las propuestas de los otros.

Hace poco, Roberto Kriete, CEO del Grupo Taca, hizo un llamado a la clase política salvadoreña para que fuese más consistente. En particular, les dijo a los señores del FMLN que se pongan de acuerdo sobre un mensaje coherente, y que no confundan al electorado salvadoreño. Muchos en el FMLN talvez no han reconocido los meritos en el consejo del señor Kriete.

Mauricio Funes necesita generar confianza y credibilidad ante un gran número de salvadoreños que todavía no han decidido su voto. Si yo fuese Funes, mi prioridad sería convencer a los indecisos, a la vez que me aseguro que los fieles seguidores del FMLN sigan entusiasmados, y voten el 9 de marzo. Pero, como dice el señor Kriete, eso será imposible si por un lado los señores vestido de rojo en el FMLN dicen una cosa, y Funes otra. Temas de trascendencia, tales como mantener la dolarización, mantener una alianza política e económica con Estados Unidos, derogar la Ley de Amnistía, entre otras, ya se deberían haber consensuado entre Mauricio Funes y la dirigencia del FMLN.

Al escuchar los discursos contradictorios del FMLN, pareciera ser que hay dos personas tratando de conducir el autobús en una carretera con muchos abismos. Y así como los pasajeros en un autobús con dos conductores peleándose el control, los electores pierden confianza en la capacidad del FMLN de gobernar el país. Es natural preguntarse, si no se ponen de acuerdo hoy cuando más lo necesitan, ¿Se podrán de acuerdo cuando estén en el Gobierno?

Persuadir es lo que tienen que hacer ambos candidatos presidenciales. Es necesario también recordar que persuadir no significa necesariamente intimidar o engañar a la gente. Hay otras maneras más eficaces de persuadir para ganar la confianza del electorado.

Se podría resumir que credibilidad es igual confianza más capacidad. Para transmitir confianza, habrá que ser consistente y tener un mensaje coherente.

© 2008 Manuel García

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