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jueves, 2 de diciembre de 2010

Quememos 100 millones de dólares

El Salvador ni es Arabia Saudita ni tampoco Israel. Es decir, ni es rico ni tampoco tiene vecinos que amanecen su seguridad nacional. Por eso sorprende muchísimo que el Presidente Mauricio Funes haya tomado la decisión de invertir más 100 millones de dólares para comprar 10 aviones de guerra a la empresa brasileña Embraer. Este es dinero que El Salvador no tiene. El Presidente Mauricio Funes debe explorar otras alternativas que permitan al país garantizar la seguridad nacional sin hipotecar el futuro de los salvadoreños.
A primera vista, la decisión del Presidente Funes de comprar aviones militares a la empresa Embraer levanta muchas sospechas. ¿Por qué Embraer? Una inversión de 100 millones de dólares requiere una transparencia absoluta. No debe existir ninguna sospecha que el mandatario quiera beneficiar a Brasil por su cercanía con ese país. Al favorecer a Embraer sin convocar una licitación internacional, el Gobierno de El Salvador está dando señales que este asunto está cerrado, y que ni Northrop Grumman ni Lockeedmartin, empresas fabricantes de aviones militares, deben presentar ofertas para vender sus aviones. Ya no digamos Pulsar Group, empresa de capital israelí que fabrica aviones en El Salvador. Así como Israel, El Salvador puede comprar aviones militares a Estados Unidos, inclusive, a Rusia o China.

Es cierto que la Fuerza Aérea de El Salvador tiene aviones que datan de la Segunda Guerra Mundial, y quizá es necesario actualizar la flota aérea.  Sin embargo, antes de proceder a invertir tanto dinero, el Gobierno de El Salvador debe solicitar a Estados Unidos, principal socio militar, que le transfiera aviones militares de segunda mano a un coste accesible, o gratis. Es lo que Estados Unidos hace con sus socios principales, por ejemplo,  Israel. Israel recibe equipo militar de Estados Unidos de segunda mano, equipo que utiliza para disuadir a sus vecinos. Muchas veces, Israel introduce mejoras en equipo militar de segunda mano que recibe de Estados Unidos.
Un avión F-16 de Estados Unidos, aunque tenga 30 años, mejoraría la flota aérea de El Salvador. Honduras ya tiene aviones F-16. Aunque no los regalen, El Salvador ahorraría mucho dinero comprando aviones de segunda mano en el mercado internacional.
Aquellos que apoyan la iniciativa de comprar aviones militares nuevos a Brasil sostienen que la seguridad nacional no tiene precio. Yo estoy de acuerdo con eso. Sin embargo, las amenazas a la seguridad de El Salvador provienen de las pandillas, el narcotráfico, y la corrupción. Esto requiere una diferente estrategia militar. Si el enemigo es Nicaragua, Honduras o Guatemala, entonces, si tenemos que tener aviones para atacar, pero no podemos utilizar aviones para bombardear a pandilleros. Necesitamos mejorar nuestra capacidad de penetrar, desarticular, y destruir agrupaciones criminales. En tal sentido, es imperativo que nuestros limitados recursos sean destinados a mejorar nuestra inteligencia policial, nuestro sistema judicial, etc. Esto tampoco implica gastar más. Implica pedir que los responsables de seguridad en El Salvador sean más eficientes en combatir a los criminales. Implica que, con pocos recursos, tenemos que hacer más.
En definitiva, nadie se opone que la Fuerza Aérea actualice su flota aérea. Entiendo que es un tema sensible y complicado. Además, la misma Fuerza Aérea debe actualizarse. Es decir, las guerras del futuro (o las guerras actuales) necesitan una Fuerza Aérea más ágil, capaz de destruir al enemigo con pocos aviones. En este nuevo panorama de guerra, quizá la Fuerza Aérea de El Salvador debe adquirir aviones que no necesiten pilotos.  Un avión sin piloto, como los que utiliza la CIA en Afganistán, puede sobrevolar la costa salvadoreña en busca de narco lanchas todo el día y toda la noche. Eso sí que haría mella contra el narcotráfico. La misma Fuerza Aérea de Estado Unidos está apostando fuertemente para que sus aviones vuelen sin pilotos.
La seguridad nacional no tiene precio. Sin embargo, se le pone en riesgo cuando las iniciativas se toman sin un plan estratégico. En las actuales circunstancias económicas, invertir 100 millones de dólares en comprar aviones militares a Brasil supondría un gasto innecesario. Esto no resolvería nuestros problemas de seguridad. Insistir que El Salvador debe comprar solamente a Brasil, es decir que en política no hay almuerzo gratis.
La gira que hizo el mandatario recientemente a Brasil está dando sus frutos. Hoy, los salvadoreños tenemos que comprarle aviones militares a Brasil. No sabemos que tendremos que comprarle a Cuba.
© 2010 Manuel García
 

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