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viernes, 23 de mayo de 2008

El Precio de la Comida


Era obvio de que la crisis alimentaria iba afectar a El Salvador ya que el país dejó hace tiempo de abastecerse a sí mismo. Lo que come el salvadoreño generalmente se produce en otro país: frijoles de Nicaragua, maíz de Estados Unidos, patatas de Guatemala, arroz de Honduras, etc. No hay que ir muy lejos para comprobar lo que estoy diciendo, solamente hay que leer el origen del producto que se consume en casa. Es poco lo que se produce en El Salvador.
La noticia de que el mundo sufre una crisis alimentaria no es nueva. La voz de alarma la han venido dando varios organismos internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, el Fondo Internacional, el Banco Mundial, etc. Lo que sorprende es que los políticos salvadoreños no hayan tomado medidas para asegurarse de que la familia salvadoreña no sufra directamente la crisis alimentaria. Ya de por sí, la familia salvadoreña tiene verdaderos problemas para llegar a fin de mes, y si encuentra que tiene que pagar más para comer, es posible que pronto tendrá
que dejar de comer tres comidas al día. Los más vulnerables ante la crisis alimentaria siempre son los más pobres, aquellos que ni reciben remesas ni tienen alguien que les tienda una mano en El Salvador. Inclusive, los menos pobres, aquellos que reciben remesas, tendrán que hacer milagros para conseguir comer tres comidas al día.
Las causas de la crisis alimentaria son muchas. Entre ellas se menciona que países como China y la India se han vuelto suficientemente ricos para imitar el consumismo del primer mundo. Por ejemplo, en 1985 un chino promedio consumía 20 kilogramos de carne al año. En 2008, su consumoaumentó a 50 kilogramos. Igualmente, millones de personas a nivel mundial han visto mejorar sus condiciones económicas, y esto les ha permitido consumir más.
Caloría por caloría, se necesitan muchos granos para producir la carne, ya sea de cerdo, vacuno o pollo: Se necesitan tres kilogramos de cereales para producir un kilo de cerdo y ocho para producir un kilo de carne de vacuno. Otro ingrediente que agrava la situación es el hecho de que gran parte del maíz que iba para alimentar a personas y animales se está destinando para producir Etanol. En Estados Unidos, por ejemplo, en 2000, más de 15 millones de toneladas de maíz fueron convertidas en Etanol; este año, la cantidad sobrepasará las 85 millones de toneladas. Los costes para producir y transportar los productos, ya sean cereales u otros comestibles, se han elevado sustancialmente debido al alza de precio del petróleo. El barril de crudo ha sobrepasado los 120 dólares, y muchos expertos pronostican que un barril de petróleo podría alcanzar los 150 dólares a finales del 2008.
El presidente Saca ha creado una comisión multidisciplinaria de notables para tratar de encontrar soluciones a la crisis. El FMLN, el principal partido de oposición, sostiene que participar en dicha comisión es perder el tiempo ya que el Gobierno hace oídos sordos a las propuestas. Ciertamente, el Gobierno de El Salvador tiene un historial de crear comisiones de notables, y no implementar las recomendaciones. Solamente hay que señalar El Plan de Nación. Se hizo mucho ruido, pero las recomendaciones que se señalaron en ese plan han sido prácticamente archivadas.
El Salvador tiene que ser autosuficiente. A pesar de que el precio de los productos agrícolas está por las nubes, el campesino salvadoreño sigue perdiendo dinero. Sus productos no se venden a un precio competitivo. La ganancia se la lleva el comerciante que abusa de la precaria situación del campesino. Este abuso se debería detener de una vez por todas.
El agricultor salvadoreño, ya sea grande, mediano o pequeño, sigue cultivando como se cultivaba hace 100 años. Necesita modernizarse, y esto requiere un apoyo directo del Gobierno. El agricultor salvadoreño necesita tener acceso a créditos blandos, a técnicas y tecnologías modernas. Esto no puede esperar.

Pero más importante, el agricultor salvadoreño necesita tener la certeza de que sus productos se venderán a un precio que le permita ganar y seguir cultivando. Ningún agricultor del primer mundo se mete a cultivar a ciegas como lo hace el agricultor salvadoreño. Existen varios mecanismos para garantizarles a los agricultores que ganarán algo. Por ejemplo, en Estados Unidos, el agricultor siembra sabiendo cuánto le pagarán por su cosecha. Esto se llama “multi-year forward contracts”, o contratos futuros. Obviamente, esto requiere que el Gobierno y la clase política salvadoreña actúen y hablen menos. Las necesidades son urgentes.

El Gobierno de El Salvador y la clase política en general, tienen la obligación de buscar soluciones que garanticen un verdadero progreso. La familia salvadoreña que tiene problemas para pagarse tres comidas al día está perdiendo la paciencia.

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