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viernes, 14 de noviembre de 2008

La Victoria de Barack Obama y el Voto Salvadoreño-Americano

La euforia y expectativa por la victoria electoral de Barack Obama a la Presidencia de Estados Unidos no tiene precedente. La prensa internacional se hace eco de este sentimiento

Con la elección de un Afro-americano a la Casa Blanca, Estados Unidos ha mandado un mensaje contundente al mundo de que sigue siendo el país de los sueños y lo posible. En cierta medida, Obama tiene razón al decir que eso solo es posible en Estados Unidos.

Según datos oficiales, 10 millones de latinos emitieron el voto en estas históricas elecciones. (De casi 45 millones de Latinos en Estados Unidos, solamente 12 millones están empadronados para votar). No existen datos exactos de cuanto de estos votantes somos de origen salvadoreño.

Según varias organizaciones cívicas que abogan por la emancipación política de los centroamericanos en Estados Unidos, existen 400,000 votantes salvadoreño-americanos. Estos votantes son ciudadanos nacionalizados y ciudadanos nacidos en Estados Unidos de padres salvadoreños. También, según estas mismas organizaciones, existen 600,000 ciudadanos estadounidenses de origen salvadoreño que todavía no están empadronado para votar. Aproximadamente 2.5 millones de salvadoreños viven en Estados Unidos.

La razón por qué el liderazgo de la comunidad Salvadoreña-Americana no sabe a ciencia cierta la cantidad de votantes de origen salvadoreño en Estados Unidos es por su fragmentación y polarización política. No existe coherencia ni unidad de esfuerzo. Como se dice vulgarmente, cada cabra tira por su monte, siendo incapaz de unir esfuerzo para obtener esta información.

La comunidad Salvadoreña-Americana todavía no ha integrado las estrategias políticas de otras comunidades en Estados Unidos, tales como la judía o la cubana, las cuales tienen mayor control de información sobre el número y distribución geográfica de sus votantes, que a la hora de negociar, la utilizan como un sólido argumento para obtener poder político.

El éxito político de nuestra comunidad en Estados Unidos consiste en utilizar los números a nuestro favor. Saber dónde estamos y quienes somos es importante. El Partido Demócrata y el Partido Republicano, por ejemplo, conocen hasta el catalogo que reciben en casa y el tipo de zapato que usan sus votantes. ¿Cómo? Comprando esa información a organizaciones que se dedican a recopilar datos fiables, para así diseñar sus mensajes electorales, haciendo lo que se conoce como “narrowcasting”, es decir, fragmentar el mensaje para que llegue dónde tiene que llegar. Por ejemplo, un votante Latino en Los Ángeles recibe información electoral que es de su interés, mientras tanto, un Afro-americano en Ohio recibe información hecha a su medida. Los partidos políticos en Estados Unidos compran estadísticas a organizaciones como la Corporación AXCION de Little Rock, Arkansas, para saber todo sobre el votante: Donde vive, que edad tiene, sus ingresos, sus valores e ideales, etc.

En teoría, no sería difícil conseguir información sobre los votantes latinos de origen salvadoreño en Estados Unidos. Sin embargo, se necesita mucho dinero para comprar esa información a empresas como AXCION.

El liderazgo Salvadoreño-Americano en Estados Unidos necesita manejar datos fiables sobre nuestra comunidad. Actualmente, es posible saber hasta el tipo de pasta de diente que compra el votante. Entonces, saber cuanto somos de origen salvadoreño debería estar al alcance del liderazgo Salvadoreño-Americano. Si en verdad queremos que se nos tome en serio, deberíamos poder llegar a esos 400,000 votantes registrados de origen salvadoreño y buscar registrar a los otros 600,000 ciudadanos de origen salvadoreño que todavía no están empadronados para votar. También debemos motivar a los salvadoreños que son residentes legales que se hagan ciudadanos estadounidenses. No podemos perder más tiempo.

Si pudiésemos movilizar a un millón de votantes de origen salvadoreño, sería una acción política respetable. En política, uno no obtiene lo que se merece, solamente lo que se puede negociar. Para negociar, es importante saber cómo utilizar los números a nuestro favor.

© 2008 Manuel García

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