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martes, 26 de mayo de 2009

¡Se Acabó la Fiesta!

Cuatro gobiernos de ARENA finalizan el 31 de mayo del 2009; y se podría decir que se acabó la fiesta. Mauricio Funes se hará cargo de un país con resaca, un país en quiebra, que no tiene dinero para hacer frente a sus acreedores y compromisos. Es por eso que el Presidente Antonio Saca termina su mandato implorando que se destinen a las arcas del Estado $1,800 millones adquiridos en préstamos internacionales. O sea, darle otra utilización a los préstamos en lugar de realizar las obras y servicios que originalmente fueron pactadas con los organismos internacionales.

Hemos llegado al abismo que cualquier mente razonable hubiese tratado de evitar. Es obvio que el país no puede vivir del cuento. La recaudación de impuestos ha bajado sustancialmente, y si se agregamos la brusca caída del flujo de las remesas, entonces, es necesario hacer una cirugía radical al paciente. Y es aquí dónde viene como anillo al dedo el viejo proverbio popular: si tienes que hacer algo, hazlo hoy.

El Estado salvadoreño está plagado por una burocracia que ha sido engordada por amigos y activistas de los partidos. Se debería exigir que las entidades gubernamentales sean más eficientes. El Gobierno gasta, pero no genera riqueza. Si se pudiese dar una vuelta en cualquier oficina de un ministerio, verá que cada puesto de trabajo depende de otros tres puestos de trabajos. Es decir, el sub-director tiene un motorista, una secretaria y un ordenanza. Ya no digamos de los escoltas que protegen al sub-director. No exagero. Existe mucha gente trabajando en el Gobierno. Es necesario racionalizar los gastos.

Los 4 gobiernos de ARENA han manejado el gasto de la publicidad del Estado como secreto de Estado. ¿Alguien sabe cuanto ha gastado el presidente saliente en publicidad? La publicidad del Estado en El Salvador ha sido abusiva, partidista e innecesaria. Ha sido como quemar un billete de cien dólares en la esquina de una calle. Pero conociendo como funcionan las cosas en El Salvador, es previsible que el nuevo Gobierno empiece a quemar dinero en publicidad. Si alguien está dispuesto a escuchar un consejo: por favor hagan obras, y dejen que ellas misma se vendan. La gente no necesita leer en el periódico, ver en la televisión, o escuchar en la radio campos pagados sobre logros cuando en sus calles ven lo mismo, es decir, miseria.

Los políticos se están poniendo de acuerdo que el dinero que estaba destinado para obras urgentes, vaya a cubrir las necesidades urgentes del Estado. Es decir, sin ese dinero, el aparato del Estado entraría en plena crisis, y Mauricio Funes no podría ni pagar las facturas pendientes del Estado. Y si no paga, los proveedores empiezan a dejar de prestar servicio.

Si no está claro hasta ahora, Mauricio Funes se verá con la soga en el cuello tratando de implementar políticas públicas sin dinero. El ex candidato a la Presidencia por ARENA, Rodrigo Ávila, una vez dijo que el dinero no cae del cielo. Yo no podría de estar tan de acuerdo con Rodrigo Ávila, el dinero no cae del cielo, pero tampoco se debería quemar en publicidad, ni en viajes innecesarios.

Cada vez que viaja el Presidente de El Salvador, viaja un sequito con él que le gusta quedarse en hoteles de 5 estrellas, cenar en los restaurantes más caros. Entiendo que el Presidente necesita viajar en primera clase, pero dado la crisis financiera que tenemos encima, es necesario racionalizar los gastos. El Salvador no es Arabia Saudita ni tampoco Dubai. El Salvador es un país pobre, y los políticos tienen que aprender a conducir su coche, a hacerse su propio café, y si es posible, viajar en clase turista para reducir los gastos al Estado.

Señores, se ha acabado la fiesta. Es hora de aprestarse bien el cinturón. Es hora de cerrar el hoyo de la evasión fiscal y racionalizar los gastos públicos.

© 2009 Manuel García

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