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domingo, 18 de octubre de 2009

La Corrupción y la Policía Nacional Civil

A Santiago Gutiérrez le faltaba 3 años para jubilarse como Agente de Inmigración de Estados Unidos. Había sido condecorado una y otra vez por el Departamento de Justicia por su honestidad, lealtad, y años de servicios luchando contra el hampa del narcotráfico, tráfico ilegal de personas, y el crimen organizado en el paso fronterizo de El Paso, Texas. Los capos de la droga y traficantes de personas (coyotes) habían ofrecido grandes sumas de dinero para sobornar al agente Gutiérrez. Pero éste, en su larga carrera de servicio, siempre rechazó tales ofertas, y redoblado sus esfuerzos interceptando grandes cargamentos de droga, arrestando a indocumentados y enviando a la cárcel a cientos de traficantes de personas. Los periódicos del Sur de Estados Unidos habían publicado en sus portadas la honestidad del Agente Gutiérrez. Un día, sin que nadie se lo esperara, el Agente Santiago Gutiérrez, renunció a su puesto. ¿Por qué renunciar tres años antes de jubilarse? Según palabras textuales del agente Gutiérrez, le habían hecho una oferta de soborno que estaba a punto de aceptar. Y para no aceptarla, tuvo que renunciar a su puesto.

Esta historia la leí en un periódico local en Estados Unidos. No recuerdo bien los detalles, pero recuerdo que el Agente Santiago Gutiérrez renunció antes de aceptar a ser corrompido. Cada vez que la cuento, pienso que se debería difundir en El Salvador como historia ejemplar para aquellos que siguen abusando de la confianza de los ciudadanos.

La Policía Nacional Civil (PNC) es uno de logros institucionales más importantes que la sociedad salvadoreña consiguió una vez finalizada la sangrienta guerra civil. Cuando yo era un niño en San Miguel, recuerdo la brutalidad de los cuerpos policíacos. La Policía Nacional o la Policía de Hacienda (la PH) torturaban y asesinan a gente inocente. En medio del conflicto armado, el Gobierno había perdido el control sobre estos cuerpos policíacos. Los abusos de los cuerpos policíacos durante la guerra civil están bien documentados. No es hora de volver a repetirlos. Sin embargo, es importante recordar que la PNC fue creada para reemplazar a la Policía Nacional y la Policía de Hacienda, y demás cuerpos policíacos que no gozaban de la confianza del pueblo salvadoreño.

La misión de la PNC es salvaguardar la tranquilidad de la ciudadanía, proteger a la gente honrada, y perseguir a los criminales. Ciertamente, la PNC es un cuerpo policiaco joven, producto de los Acuerdos de Paz, que necesita institucionalizar mecanismos eficientes para depurar a agentes corruptos. La guerra contra la criminalidad se pierde cuando la población empieza a tener miedo a los cuerpos de seguridad, cuando no les tienen confianza porque temen que los criminales (pandilleros y narco traficantes) compran la voluntad de agentes corruptos.

La PNC no debería caer en mano de las mafias. La PNC jamás debería perder la confianza de los salvadoreños. La PNC es de todos, no deberíamos permitir que se corrompa. El Director d la PNC tiene que dar cuenta al pueblo salvadoreño: ¿Díganos que pasos está dando para depurar a agentes corruptos que colaboran con las pandillas? La ciudadanía ha venido dando el grito de alarma. En un país normal, los políticos sufren consecuencias políticas cuando son incapaces de limpiar los cuerpos de seguridad de elementos nocivos. Pero en El Salvador, nadie acepta responsabilidades políticas. Es más, los políticos parecen ser inmunes a las críticas de la ciudadanía. Como me dijo una vez un empresario salvadoreño: Aquí los políticos tienen la piel gruesa, y han perdido la vergüenza. No se trata de faltar el respeto, se trata de decir las cosas claras para que no haya mal entendidos: ¡La ciudadanía necesita soluciones ya!

La ley se debería reformar para castigar fuertemente aquellos agentes policiales, u otros funcionarios corruptos, que quebrantan la confianza que el pueblo salvadoreño ha depositado en ellos. Es verdad que hay que mejorar el sueldo de los policías, mejorar sus instalaciones e equipos, y darles una formación que esté a la altura. Todo esto se tiene que hacer. Pero se tiene que recordar que dos manzanas podridas pueden arruinar a toda una cosecha. En la PNC, la gran mayoría son hombres y mujeres honrados, que hacen grandes sacrificios luchando contra el hampa que nos tiene bajo un vilo. Muchos a penas llegan a fin de mes con su sueldo. Pero saben que ellos no ingresaron en las filas de la Policía Nacional Civil por dinero. Ingresaron por vacación de servicio, porque saben que servir a los ciudadanos es uno de los grandes privilegios que podemos tener como salvadoreños. Además, garantizar la tranquilidad, seguridad y paz en las calles es la mejor manera de hacer de El Salvador el país que queremos.

Todos los salvadoreños deberíamos tener en mente al Agente Santiago Gutiérrez, que prefirió renunciar a su puesto antes de ser corrompido.

© 2009 Manuel García

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