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miércoles, 4 de noviembre de 2009

La Mala Leche de Cristiani

Un alto oficial de la Administración de Richard Nixon se lamentó de que un burro costase más que un parlamentario centroamericano. En aquella ocasión, el alto oficial decía que comprar la voluntad de un diputado equivalía como comprar patatas en el mercado. Alfredo Cristiani, sin embargo, sostiene que comprar la voluntad de un diputado de ARENA es muy caro. Según Cristiani, los 12 diputados disidentes de ARENA han recibido grandes sumas de dinero para cambiar de bando. Inclusive, el señor Cristiani ha lanzado una piedra que podría romper el vidrio de su propia casa. Cristiani no ha medido sus palabras para insinuar que el narcotráfico podría estar financiando el proyecto de los 12 diputados disidentes. Cristiani sostiene que se han ofrecido 700 Mil dólares para comprar la voluntad de los disidentes areneros.

De la clase política salvadoreña se puede esperar cualquier cosa, pero pensar que el narcotráfico pueda estar financiando un proyecto político debería preocuparnos a todos. Ya existen antecedentes de políticos salvadoreños ligados al narcotráfico. En enero del 2003, Estados Unidos condenó a William Eliú Martínez, ex parlamentario salvadoreño que representaba al desaparecido partido PAN. La posible vinculación del narcotráfico con la clase política salvadoreña es un problema serio, y no se debería tomar a la ligera.

Alfredo Cristiani es una persona estratégica, con una larga trayectoria política, un zorro que no da un paso en vano. Hace tiempo que se dio cuenta de que los 12 diputados disidentes no volverán al redil de ARENA. Entonces, necesita lanzar una cortina de humo que le reste credibilidad al proyecto político de los 12 disidentes. Y es aquí dónde lanza una piedra ponzoñosa que podría hacer mucho daño. Decir que el dinero proviene de Hugo Chávez es una cosa; insinuar que el narcotráfico podría estar financiando el proyecto político de los 12 diputados es otra cosa. Si tiene información con fundamento, la debería compartir con la DEA de Estados Unidos. Si no tiene ninguna información, y solamente está levantado rumores, entonces, Alfredo Cristiani podría estar cayendo en la ilegalidad por difamar a sus ex compañeros de partido. Y es aquí dónde se puede decir que Alfredo Cristiani tiene mala leche.

El Salvador tiene unos personajes políticos que se ajustan al perfil de Los Soprano. La política parece ser una película de gangsters. Por un lado, tenemos a José Luís Merino conspirando para hacerse con el control de la Asamblea Legislativa. Y parece ser que lo ha logrado, y ha dado jaque y mate a Alfredo Cristiani. La cabeza de Ciro Cruz Cepeda es la única que se salva por ahora. El gángster por excelencia, ha logrado maquinar para mantenerse en el poder. Rodolfo Parker ha sido destronado para dar lugar a los nuevos niños en el block. Los salvadoreños estamos observando una política que bien podría llamarse “Rebelión en la Granja.”

Estimados lectores, los políticos salvadoreños me inspiran poca confianza. Los pactos en la Asamblea Legislativa son para repartirse cargos. Sigfrido Reyes, un político con mucha ambición y sueños bonapartistas, tendrá que esperar 13 meses para ser Presidente de la Asamblea Legislativa, según el pacto que ha hecho con Ciro Cruz Cepeda. El señor Reyes es muy cínico al decir que el pacto es un logro para los salvadoreños. Será un logro personal suyo de poder torcerle la mano a Ciro Cruz Cepeda y hacer realidad su sueño de ser Presidente de la Asamblea Legislativa. Sigfrido Reyes tiene mucha ambición, inclusive, le gustaría ser Presidente de El Salvador. Tendrá que pelearse con otros en el FMLN que ya están en la cola, esperando el día que alguien de hueso duro, de pura sangre, represente al partido en las próximas elecciones presidenciales.

Mientras se reparten los cargos en la Asamblea Legislativa, y los políticos se acusan mutuamente, y se corre el peligro de que lleguen a sacar los machetes y las pistolas, los salvadoreños tendremos que seguir esperando para que nos resuelvan los problemas. La ola de delincuencia es imparable. El desempleo es pandémico. La inversión extranjera sigue cayendo en picado. Las remesas se desvanecen. El horizonte es sombrío.

Tenga la razón el alto oficial de la Administración Richard Nixon o la tenga Alfredo Cristiani, o simplemente sea cuestión de mala leche, El Salvador afronta graves desafíos que no serán resueltos a través de acuerdos para repartirse el pastel en la Asamblea Legislativa. Es cierto que Sigfrido Reyes tendrá una oficina más grande, más escoltas, un sueldo más grande, un mejor coche. Si el señor Reyes considera esto un logro para los salvadoreños, ¿Qué dirá cuando sea candidato a la Presidencia?


© 2009 Manuel García

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